Israel Adán Shamir: Noam Chomsky y los
cruzados del 9/11
(22 de julio 2008 + debate subsiguiente)
Hace poco, estaba yo almorzando en un restaurante de Nueva Delhi
con uno de nuestros lectores hindúes, el filósofo y descendiente del profeta
Doctor Syed Zaidi Zaidi. Le interesaba el tema de todo lo que gira en torno al
11 de septiembre, y especialmente las investigaciones que apuntan a algunos
judíos pudientes. Más aún, le preocupaba la posición del profesor Noam Chomsky,
y me dio a conocer una carta de Kevin Barrett titulada "¿Chomsky, héroe o perro
guardián?" [1], así como un artículo de nuestro amigo el profesor James Petras
que apunta a las mismas acusaciones. Cuando empecé a defender a Chomsky,
escribió Zaidi: La opinión general sobre Chomsky es cada vez más áspera que la
suya. Si le parece que después de todo Chomsky no es tan malo, ¿por qué no
escribe sobre esto, es un tema, aquello del papel de perro guardián de la
izquierda, que merece discutirse en su grupo. Encuentro que los puntos de vista
de Petras, de Jeff Blankfort y Kevin Barrett son bastante liberadores, y sigo
creyendo que detrás de la cortesía puede haber vida". He aquí mi respuesta
(Israel Shamir)
A veces, cuando paseamos por la ciudad, nos asaltan individuos
que se dedican a alguna causa altamente valorada por ellos. Puede ser un
refugiado kurdo con montones de fotos chorreando sangre sobre las atrocidades
turcas, o un emigrado iraní con una petición, e incluso, con suerte, uno puede
verse acosado por Mia Farrow pidiendo apoyo para condenar a los chinos. Esta
buena gente no se conforma con una negativa. Te agarran de la solapa con mano
sudorosa y no te sueltan hasta que firmes su petición o los mandes a la mierda.
En tal caso revientan de indignación.
Algo parecido le pasó a la gran lumbrera que es Noam Chomsky. El
tal Kevin Barrett -un entusiasta del 9/11- lo acorraló, y Chomsky trató de
razonarlo educadamente, pero tuvo que terminar echándolo con vehemencia. El
enfurecido Barrett entonces publicó su agrio ataque: "Chomsky, aquél vocinglero
anémico ya, con todo el carisma de una babosa en su huerto, siempre está
ladrándole a los Estados Unidos, con un lenguaje que sólo puede atraer a la
izquierda más sectaria. Con su estilo aburrido, pesado, y su argumentación
obsesivamente antiamericana, él identifica la lucha contra el imperio al
antimaericanismo y nada más."
¿Qué hizo Chomsky para merecer tanta exageración? Si uno no
queda aturdido por el torrente imprecatorio de Barrett, descubre que, en el
fondo, lo que no le perdona es que el profesor de Boston se niega a pelear en la
guerra de Barrett, el cual le quiere achacar a Bush y al Mossad los atentados
del 11 de septiembre. Pues no, Chomsky no se quiere meter. Pero ¿acaso es una
obligación meterse en este tema? Barrett trató de interesar a Chomsky en los
aspectos técnicos del asunto, todo lo que predica el "Movimiento por la verdad",
pero presionándolo, con el entredicho de que "si no estás con nosotros, eres un
agente de ellos". Muy justamente replicó Chomsky: "Qué curioso, en el caso de un
movimiento por la verdad, esta mentalidad que invade gran parte del movimiento:
o aceptas sus planteamientos, o eres un perro guardián".
Siempre hay lugar para la crítica y la argumentación, e incluso
contra Chomsky, y también a mí me ha dado por eso. Sin embargo, hay ciertas
líneas rojas que deberíamos respetar, en la crítica amistosa, y este ataque era
paranoico y típicamente ad hominem, apuntaba a destruir al hombre, no a refutar
uno de sus planteamientos. Barrett es semejante a los judíos obsesionados con el
holocausto (como los llamados negadores del mismo), que no te sueltan hasta que
no les des el sí definitivo. Dejemos a Barrett que siga con su batalla personal,
pero no dejemos a Chomsky desamparado. Estamos en un país libre, más o menos.
Por ejemplo, yo ni confirmo ni niego holocaustos ni matanzas. El pico del
petróleo tampoco es un tema que me resulte fascinante. Y en lo tocante al
movimiento por la verdad sobre el 9/11, la cuestión de quién lo hizo me parece
insuficiente, en realidad. Así por ejemplo, cuando se insiste en convencernos de
que se trataba de una estafa para cobrar un seguro, se convierte el
acontecimiento en algo trivial, se le está restando trascendencia, en el fondo.
Ya escribí sobre el caso, apenas sucedieron las espectaculares voladuras: (véase
en :
http://www.israelshamir.net/English/Orient_Express.htm ) "Los kamikazes
pudieron ser todo tipo de gente: nacionalistas yankis, comunistas yankis,
cristianos fundamentalistas yankis, anarquistas yankis, cualquiera que rechaza
las dos divinidades que son el dólar y el M-16, que odia la bolsa y las
intervenciones militares, cualquiera que sueñe con una América para los
americanos, y no quiera respaldar la ambición de dominar el mundo. También
podrían haber sido americanos indígenas volviendo a su isla natal de Manhattan,
o afroamericanos que no han recibido reparación por la esclavización.
Podrían ser extranjeros de cualquier origen, porque Wall Street
y el Pentágono le arruinaron la vida a mucha gente por el mundo. Los alemanes
pueden recordar el feroz holocausto de Dresde, con sus cientos de miles de
refugiados pacíficos incinerados por los bombardeos de la US Air Force. Los
japoneses no olvidarán el Holocausto nuclear de Hiroshima. El mundo árabe
todavía sufre en carne propia el holocausto que se despliega en Irak y
Palestina. Los rusos y los europeos orientales sufren la humillación de
Belgrado. Los latinoamericanos tienen frescas las invasiones yankis de Granada y
Panamá, Nicaragua devastada y Colombia defoliada. Los asiáticos cuentan sus
millones de muertos en la guerra de Vietnam, los bombardeos sobre Camboya, las
operaciones de la CIA. ¡Si hasta a un comentarista de la televisión rusa, muy
pro-yanki, se le escapó lo siguiente: 'ahora los americanos están empezando a
entender lo que se siente en Bagdad y en Belgrado'!
Los riders pudieron ser también gente común, el que perdió su
casa por culpa del banco donde tenía sus ahorros, el que perdió su trabajo y se
convirtió en desempleado permanente, el que fue declarado infrahumano por los
nuevos amos al estilo Herren volk. Y pueden ser rusos, malasios, mexicanos,
indonesios, pakistaníes, congoleses, brasileños, vietnamitas, porque su economía
se encuentra destruida por Wall Street y el Pentágono reunidos. Kamikazes pueden
haber sido todos, y representan a todos. Su identidad no es algo relevante, en
la medida en que su mensaje es más importante que su personalidad, y el mensaje
es a la vez estruendoso y clarísimo, por los blancos elegidos para los ataques."
Este era el punto de vista también del fallecido filósofo Jean
Baudrillard: "Al final lo hicieron ellos, pero nosotros éramos los que lo
deseábamos. Si no tomamos en cuenta esta dimensión, el acontecimiento pierde su
resonancia simbólica, se convierte en un acto puramente arbitrario. En su
simbolismo estratégico, los terroristas sabían que podían contar con esta
inconfesable complicidad nuestra."
Véase:
http://www.egs.edu/faculty/baudrillard/baudrillard-the-spirit-of-terrorism.html
Él veía en el 9/11 el evento simbólico tal vez más poderoso
desde la crucifixión de Cristo, agregó Bradley Butterfield
[http://www.iath.virginia.edu/pmc/text-only/issue.902/13.1butterfield.txt].
En otras palabras, el acto del 11 de septiembre tiene un
simbolismo demasiado poderoso para que se lo dejemos al enemigo. No por
casualidad el mundo entero se alegró cuando se derrumbó el símbolo de Mammón. El
descubrir que se podía derribar a los yanquis en su propia sede fue un consuelo
para las innumerables víctimas el imperio. Yo personalmente no sé quién lo hizo,
pero fue planificado y ejecutado por gente de alta espiritualidad.
No puedo aceptar que sean el Mossad y/o los judíos los que lo
hicieron, y no porque tenga un tufillo antisemita esta opinión. Mis lectores
saben que esta consideración me tiene sin cuidado desde siempre. Es al revés:
considero que es profundamente projudío, pues implica que sólo los judíos son
capaces de emprender hazañas tan logradas, mientras los demás prefieren seguir
quejumbrosos porque les roza alguna azagaya, y no son capaces de tomar las armas
contra un mar de problemas. En un sentido, la teoría de la conspiración judía en
este caso muestra hasta dónde llega la creencia en la superioridad judía, que
tan profundamente se les ha metido en la cabeza a los yanquis, y a muchos
musulmanes. "Si algo se implementó y no falló al final, tiene que haber sido
obra de judíos" suponen, mientras que nosotros los israelíes somos más críticos
y decimos: si no falló, no puede haber sido el Mossad".
Esto no quiere decir que uno tenga que aceptar la teoría oficial
de la conspiración de Ben Laden y sus combatientes. El asalto a las Torres va
más allá que cualquier ataque kamikaze. No tiene comparación, ni tiene ningún
rasgo de ataque suicida islámico. El asalto al mismísimo símbolo de Mammón y al
corazón del poderío militar sigue siendo un gran acontecimiento paradigmático.
Es más fácil pensar que lo hicieron ángeles vengadores, encabezados por San
Miguel personalmente, que no por cinco agentes del Mossad muertos de risa o por
los cómplices de Bush y Cheney. Es más fácil concluir con Baudrillard que las
torres se suicidaron para no ser violadas por los pilotos, que creer como
Barrett y otros que todo era cuestión de cobrar un seguro millonario por parte
del taimado judío Larry Silverstein.
Baudrillard se fijaba en el tipo de gente que "trata por todos
los medios de desacreditar las acciones [de los supuestos pilotos]. Por eso los
llamamos suicidas y mártires, pero añadimos en el acto que semejante martirio no
demuestra nada. Ahora bien, este argumento moral se puede revertir. Si el
martirio voluntario de unos kamikazes no es prueba de nada, entonces, el
involuntario martirio de las víctimas tampoco, y hay cierta obscenidad en hacer
de ello un argumento moral."
Sin querer, Barrett y el movimiento por la verdad están
socavando el sentido de supremo sacrificio de los que murieron para darle el
golpe mortal a las torres. Comprendo a Noam Chomsky, que no quiso respaldar esta
tendencia. Tampoco quiso aceptar la versión oficial arrogante, según la cual el
11 de septiembre fue el colmo de la alevosía y la peor atrocidad jamás cometida.
Chomsky le sugirió a Barrett "comparar esta fechoría con la masacre de 4
millones de personas en Indochina o el terror de la época de Reagan que dejó un
saldo de 200 000 víctimas, con cuerpos torturados y mutilados en América
central."
Pero ya los estoy oyendo: ¿Y quién sacó provecho de los
atentados? "Los judíos (o sionistas, o neoconservadores, o como prefieras
llamarlos), por supuesto. ¡Si hasta Netanyahu lo reconoció, diciendo que el 11
de septiembre fue bueno para Israel!"
No cabe duda de que los judíos utilizaron el 11 de septiembre al
máximo, pero son capaces de sacar provecho de cualquier acontecimiento, mediante
el control de los medios. Trátese de un aterrizaje sobre Marte, de una victoria
sobre Alemania, una derrota en Irak, el auge del precio del petróleo o la caída
del dólar, y también las Torres gemelas, por qué no.
"Para lograr su objetivo, el terrorista necesita dinamita y
periódicos" dijo un terrorista judío en 1901. En 2001, cien años más tarde,
basta con un diario, o mejor dicho con una televisión bajo control, y uno puede
utilizar la dinamita de otros en provecho propio. Uno puede robarles sus
hazañas a otros libremente, y hasta su supremo sacrificio. Entonces ya no vale
el qui bono, pues mientras sean ellos los que den la explicación,
desvirtuarán cualquier acontecimiento en provecho propio.
Noam Chomsky no pelea contra el Movimiento por la verdad.
Dejemos a esta buena gente seguir buscando sus puntos de ignición del acero y el
cemento; dejémoslos acusar al gobierno, a la CIA, a los judíos y al Mossad todo
lo que quieran. Sus esfuerzos tienen un lado positivo, y es que socavan la
confianza popular en los medios masivos y en las buenas intenciones de las
autoridades. Pero podrían entender que su posición no es la única posible:
otros pueden aplaudir al ataque, o considerarlo intrascendente, o simplemente
atender otras cuestiones. La gente le cuelga el sambenito de "perro guardián de
la izquierda" a cualquiera que no esté de acuerdo con ellos; pero esta expresión
la deberíamos reservar a los poderosos que nos combaten, no usarla contra
aliados o neutrales.
Nuestro amigo Jim Petras se soltó furibundo contra Chomsky:
"Durante muchos años Noam Chomsky ha estado entre los que pretenden tapar a
AIPAC, y ocultar la existencia del poder sionista sobre la política medioriental
de los EEUU. Dárselas de "críticos de la guerra" sin dejar de ignorar el papel
central de la configuración del poder sionista convierte a Chomsky, o a Moyers y
Powers en acólitos irrelevantes, en la lucha contra la guerra. Forman parte del
problema, no de la solución".
Petras también quiere que Chomsky pelee en su guerra personal,
es decir la batalla contra la oligarquía judía (lo que llama "la configuración
del poder sionista"). Claro, sería muy bonito, pero entonces ya no
necesitaríamos a Petras. En vez de ver a Noam Chomsky como un enemigo (o "parte
del problema") es mejor considerarlo como un importante aliado que cubre un
sector importante en el frente de batalla. No cubre todo el panorama, no se
aventura en territorios donde nos metemos Petras o yo mismo, pero no nos pone
trabas tampoco en lo nuestro. Por esto es ridículo llamarlo "perro guardián de
la izquierda", pues no le está cerrando el paso a nadie.
Tenemos muchos puntos de desacuerdo con Noam Chomsky. Para
mencionar sólo unos pocos:
(1) Apoya la idea obsoleta de dos Estados en Israel/Palestina
y por lo tanto la de preservar al Estado judío, mientras llamamos a
desmantelarlo y sustituirlo por un solo Estado donde los judíos sean iguales, en
vez de superiores.
(2) Considera que el apoyo yanki a Israel se deriva de los
"intereses imperiales" (La tesis chomskiana es: "Israel sirve los intereses
imperiales de las elites yankis, y el lobby judío es poderoso exactamente porque
su línea coincide con los intereses de la elite") mientras que nosotros pensamos
que este apoyo tiene que ver con las posiciones de mando que ocupan los judíos
en el discurso yanki.
Hemos defendido nuestros puntos de vista contra los de Chomsky,
sin ira y con argumentos muy pensados, en muchos artículos, tanto nuestros como
de otros escritores, que han sido publicados en nuestra página o que hemos
difundido. Mi ensayo "La fiesta de los San Fermines"
[www.israelshamir.net/Spanish/fiesta_spanish.shtml] (incluido en el volumen
El Espíritu de Santiago frente al poder del dinero y el "lobby" judío, ed.
Ojeda, Barcelona, 2006, ndt.) es una refutación de las tesis de Chomsky en 2001.
Causó polémicas muy interesantes. Lo discutí personalmente con Chomsky. En el
ensayo Spider Web, sacamos adelante la polémica de Noah Cohen con Chomsky, a
quien acusa de tener una posición sobre Palestina que es una "disculpa por la
injusticia". Publicamos de Jeffrey Blankfort 'The
Israel Lobby and the Left: Uneasy Questions' and 'The Chomsky/Blankfort
Polemic'. Publicamos un artículo muy crítico de Bob
Finch, que describía a Noam Chomsky como "el rabino en jefe de la izquierda que
absuelve al Estado judío de sus culpas y responsabilidades por el régimen del
apartheid y la beligerancia militar contra los países circundantes". Hemos
publicado duras críticas a los puntos de vista de Chomsky sobre el lobby como
las de Ilan Pappe, Blankfort y Petras en Contra Chomsky y por Mazin Qumsiyeh.,
véase también Chomsky under Fire.
A pesar de tantos y tantos ataques a su persona, Chomsky nunca
ha contestado con ese estilo. Siempre se ha mantenido incluso cortés. Jamás ha
intentado bloquear una publicación. Él sigue su camino y nos corresponde
respetárselo. La infantería ligera y la artillería pesada tienen distintos modos
operativos. Chomsky es nuestro cañón pesado, mientras Petras, Gilad Atzmon o
Israel Shamir somos la escuadra ligera de los 'boy scouts', la unidad de
reconocimiento. Deberíamos ir más adelante, pero él es nuestra retaguardia.
Debemos cuidarlo y proteger su actividad. La última palabra la dijo Ian Buckey
en su In Defence of Shamir and Chomsky:
"A mí me basta el hecho de que Noam sea fundamentalmente una
persona honesta que nos enseña muchísimo, aparte de los temas en que a veces se
le nubla la vista. Debería ser lícito admitir que Chomsky no va hasta donde
debería en lo referente al Oriente Medio. Pero aún con los defectos y la corta
vista que tenga en torno a este campo específico, él sigue mereciendo nuestra
admiración por sus pioneras, excelentes investigaciones sobre las distorsiones
de los medios masivos y la naturaleza hondamente antidemocrática de las
sociedades supuestamente democráticas. Después de leer a Chomsky, uno está
vacunado para bien contra el fétido 'nadismo' de los medios masivos. Una pequeña
crítica nunca viene mal, pero no deberíamos perder de vista cuáles son "los
buenos". Después de todo, son tan pocos, en nuestro entorno. En mi libro, tanto
Shamir como Chomsky figuran como nuestros."
Postdata: Fragmentos del debate
que surgió a raíz de la toma de posición de Shamir, tomados de
http://www.israelshamir.net/Contributors/rd3.htm
- Israel Shamir contesta a James R. Hanson,
quien acusa a Shamir , así como a Chomsky, de hacerles el juego a los que están
destruyendo los Estados Unidos, al respaldar mentiras oficiales: "Gracias por
sus palabras sinceras. Coincido con Ud. en que la verdad sobre el 9/11 es más
complicada que la versión del gobierno, no me cabe duda. Ahora bien, fíjese en
lo siguiente: Si Ud fuera un judío extremadamente poderoso, ¿para qué atacar las
Torres gemelas? ¿No cree Usted que le convendría más bien mandar a 20 fanáticos
árabes a degollar a todo un jardín de infantes, o una escuela, para después
comerse los corazones de los nenes yankis en directo, por televisión?
Además, ese no es el tema de mi artículo. Es un ensayo acerca de
Noam Chomsky, quien se ha ganado el derecho a un poco de tranquilidad, piense lo
que piense. Chomsky, por ejemplo, no tuvo miedo de redactar un prólogo para
Faurisson, nada lo asusta. Sencillamente, está en otra cosa, y lo que hace lo
hace perfectamente. Deseándole todos los éxitos para desenmascarar a los
conspiradores. [….] Véase mi ensayo "Paradise Now" [en español,
http://www.israelshamir.net/Spanish/Sp21.htm] acerca de la posibilidad de
que ataques terroristas ejecutados por palestinos hayan sido en realidad
orquestados por fuerzas de seguridad israelíes. Sí, es posible. Pero sólo en el
caso de ataques menores. Secuestrar aviones y demás es algo demasiado
complicado. Ellos podrán dejar que algo ocurra, pero organizar cosas en torno a
unos aviones que se estrellan es otra cosa. Estoy de acuerdo en que la versión
del gobierno es inaceptable, y apoyo el derecho a investigar lo que sucedió de
verdad. Pero apoyo igualmente el derecho de Noam Chomsky a permanecer fuera de
esta controversia. Si tú y yo podemos ir más lejos que Noam, entre otras razones
es porque Noam ayudó a abrir un espacio discursivo, gracias a su lucha, a su
imagen fuertemente ético, y a sus irrebatibles investigaciones. En cuanto a los
"perros guardianes de la izquierda", esto puede aplicarse a gente que impide
efectivamente que nuestras ideas se difundan, gente que nos combate
efectivamente. Nada de esto hace Noam Chomsky, y lo encuentro libre de toda
culpa en esto."
Noam Chomsky: "Gracias por su
envío, no voy a hacer comentarios sobre Petras o sobre el Truth Mouvement. Sobre
lo que Ud. escribió, un solo comentario. Es verdad que nunca he apoyado el
planteamiento de "Un solo Estado", y sigo con esta posición. Tampoco lo hago en
el caso de otras sociedades complejas, como el Estado español, Bélgica, el Reino
Unido, y otros. Desde niño, siempre, sin excepción, he defendido la idea de
Estado binacional. He escrito largo y tendido sobre esto, incluso libros y
artículos. Hasta donde sé, soy de los poquísimos que defiende realmente un
Estado binacional, y no conozco a nadie que argumente a favor de Un solo Estado.
Fíjese que digo "argumentar", no "proponer" o "apoyar'. Uno puede proponer o
apoyar cualquier cosa que a uno le guste, como amar al prójimo y vivir en paz,
por ejemplo. Pero argumentar requiere algo más". Noam
Contesta Shamir: "Acepto su
corrección [según la cual Chomsky no defiende la idea de Dos Estados separados].
La idea de un Estado binacional en Palestina la discutieron Magnes y Brit Shalom
hace unos 50 años, pero se ha vuelto a tratar eso mucho desde entonces; por esto
es que me equivoqué, disculpe."
Agrega Shamir, acerca de la
posición de los auténticos perros guardianes de la izquierda que le reprochan a
Chomsky haber aceptado que figurase su defensa de la libertad de expresión como
prólogo a un libro sobre el Holocausto de Robert Faurisson [por lo cual la
izquierda francesa consintió vergonzantemente, en silencio, que las editoriales
boicotearan a Noam Chomsky durante unos 20 años, cosa que no sucedió en el
mercado en lengua española (ndt)]:
"En cuanto a Faurisson, no estoy de acuerdo con Kim Petersen
(Dissident Voice, ver
http://www.dissidentvoice.org/Mar05/Petersen0305.htm ) pero él ha insistido.
Vean pues los lectores por sí mismos en
http://www.chomsky.info/articles/19810228.htm la frase increíblemente poderosa
que escribió Chomsky: 'en realidad, hay manifestaciones de revisionismo mucho
más peligrosas que las de Faurisson. Considérese el esfuerzo para mostrar que
los Estados Unidos no tienen responsabilidad criminal en Vietnam, pues sólo
habrían cometido un "error intelectual". Semejante revisionismo, en contraste
con el de Faurisson, está respaldado por las mayores instituciones; incluso ésta
ha sido siempre la posición de la mayor parte de la intelligentsia; y por cierto
tiene consecuencias muy directas y muy feas'. A ver, ¿quién me encuentra otro
intelectual, judío o no, que haya sido capaz de retomar esto en sus escritos?
Para mí, esta simple oración basta para echar por tierra todas las acusaciones
contra Noam como "sirviente del Imperio" o "perro guardián de la izquierda"."
Richard Wilcox, de Tokio, les
reprocha a los "9/11 Truthers" tenerles un auténtico pánico a la verdad, a pesar
de lo que pretenden, en la medida en que se niegan a indagar el papel preciso de
Israel en el 9/11, que se descubre cada vez más decisivo, y además agraden a los
que se preocupan por otras mentiras y maniobras sionistas criminales, por
ejemplo en el tema del Holocausto nazi.
Contesta Shamir: "Es cierto, están
en juego otras agendas, además de las que pregona el grupo de los Truthers."
Jim Dean (Heritage TV), muy
vinculado a los servicios de inteligencia de Estados Unidos –y descendiente de
“confederados”, es decir militares sureños– aporta datos pluridimensionales:
registra una lista de mentiras oficiales, denunciadas científicamente desde
tiempo atrás, pero que siguen sin quitarles el sueño a los ciudadanos de los E.E.
U.U., (mentiras conocidas por los investigadores, quienes por unanimidad eligen
no publicarlas ni comentarlas; se refieren a Abraham Lincoln, a Martin Luther K,
a complicidades con los nazis por parte de los dirigentes sionistas, de los
bancos yankis, las empresas ITT y Standard Oil, así como de Prescott Bush,
abuelo del presidente actual; a Prescott Bush el Tesoro Público le confiscó $3
millones habidos en negocios con los nazis, y después se los devolvió, y con
esto se financió la dinastía Bush; todo lo cual está documentado en los archivos
a disposición del público en Fort Meade). Concluye que no se explican los
acontecimientos del 9/11 sin la intervención de varios servicios secretos con
intereses opuestos; muestra que el ataque mediático en torno al episodio del
envenenamiento por ántrax no concuerda con intereses a largo plazo de nadie; al
mismo tiempo, lo que está sucediendo con la investigación de este caso preciso
constituye una confesión de terrorismo estatal de falsa bandera, que abarca los
sucesos del 11 de septiembre.
Conclusión de Shamir: "Por lo
visto el tema de Chomsky y de su postura en relación con el tema del 9/11 es un
punto importante para mucha gente. Hasta el día de hoy, hemos recibido algunas
cartas poderosas y llenas de perspicacia. Nos escribe Chambers, con sus
conocimientos en materia de construcción [insistiendo en la torre n°7]; Frank
Scott, a su vez, ofrece una profunda explicación acerca del movimiento 9/11 [le
parece corto el enfoque de este movimiento, como si la magnitud de los
acontecimientos paralizasen su reflexión, como si fuese víctima, como otros
muchos, de un ataque terrorista a nuestra inteligencia, nada menos], el profesor
Harem Radwan ofrece una nueva solución para el misterio [que resulta parecido a
un partido de fútbol, donde los dos equipos apuntan al mismo objetivo, con el
mismo balón, y sabiendo perfectamente lo que hace el adversario], Akira
Doujimaru aporta detalles técnicos [subrayando que todavía no ha surgido
explicación técnica sobre el derrumbe completo de las tres torres], Kim Petersen,
Paul Bennet, Fried Tischler agregan sus luces, y la pasionaria búlgara
Blagovesta Doncheva habla de su desilusión con Chomsky. Y me alegro de que Uds
tengan aquí una oportunidad para expresar sus puntos de vista y compartirlos con
otros. Yo sigo con mi enfoque, acerca del 9/11. El ataque me impresionó, y este
impacto no se me ha borrado. Me pasa algo así como a un hombre al que le cuesta
aceptar, después de pasar una noche maravillosa con una rubia misteriosa, que
ésta se le haya acercado por orden de la CIA.
En cuanto a Noam Chomsky, el fue, y sigue siendo, el hombre que
me dio instrumentos nuevos para argumentar, en 1990, cuando se estaba
derrumbando la Unión Soviética. Además nunca me ha atacado a mí o a mis amigos,
lo cual estoy seguro que no le fue nada fácil. Sus análisis son más sutiles de
lo que sus adversarios e incluso sus admiradores perciben. Por lo cual puede
contar plenamente con mi respeto y admiración."
[1] Lo de “perro guardián” se refiere a la actitud agresiva de
los que, en el campo de la izquierda, ejercen una censura, con el pretexto de
protegernos contra lo que califican como antisemitismo (ndt).
Traducción: María Poumier, revisión: Horacio Garetto.