El síndrome de Hamán
O¿Por qué suelen los judíos
contestar una pregunta con otra pregunta?
Por Israel Shamir
(Conferencia pronunciada el 5 de octubre en
París en ocasión de la presentación de Notre-Dame des
Douleurs, traducción al francés de libro Our Lady of
Sorrow)
(Traducción : Maria Poumier, miembro de
Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística,
www.tlaxcala.es ; revisión : Germán Leyens)
¿Debería uno procurar ser honesto y justo?
Ulises, el que hace la pregunta según Homero, termina por
contestar que sí, pues los dioses odian la injusticia. Pero no
es así, si uno quiere echar un polvo, como tan vívidamente lo
muestra Michel Houellebecq
su novela Las Partículas elementales, acerca de la
revolución vencida de 1968 [1]. En el pasado, la gente intentaba
ser honesta, y si no lo era, tendía a avergonzarse de sí misma;
pero ahora hemos renunciado. ¿Será que los dioses de Ulises que
odiaban la injusticia han cambiado de parecer? O más bien, ¿
será que la humanidad ha cambiado de dioses?
El principio del gran cambio puede rastrearse en
última instancia cuando surge el humanismo, es decir, cuando
Europa afloja sus ataduras con lo divino para afanarse por la
libertad individual y la felicidad. Pero aún sin referencia
directa a Dios, la honestidad siguió basándose en un sentimiento
religioso. Así, en el siglo de la razón y las luces, Emmanuel
Kant planteó que el instinto que nos hace buscar la honestidad
es una ley moral que está dentro de nosotros, y que se
corresponde con el cielo estrellado que está encima de nosotros,
lo cual es otra manera velada de referirse a Dios. Compórtate de
manera tal que tus actos sean objeto de emulación para otros y
valgan como ley universal, es lo que ordena el imperativo
categórico kantiano, o bien, en otras palabras, “actúa según la
máxima que quisieras ver imperar como ley universal”.
A pesar de su apariencia laica, la actitud
kantiana está basada en el axioma oculto y muy cristiano de que
los hombres son iguales (presuposición que comparten también
musulmanes, confucianos, budistas etc.). Pero si fuéramos a
aceptar el axioma de la ley judaica, llegaríamos a una
conclusión muy diferente. Según la ley judaica, algunos son
intrínsecamente más iguales que otros, y ninguna ley universal
vale tanto para las especies superiores como inferiores. Hay
una ley para la minoría selecta y otra para la mayoría indígena
y sucia, y otra ley más para administrar su interacción (este
punto de vista lo comparten los brahmanes hindúes, pero no ha
tenido influencia entre nosotros). La ética judaica se convirtió
en la regla en los países donde los autóctonos se encontraron
derrotados o sojuzgados al nivel más profundo, es decir en
Estados Unidos y en Israel. A partir de 1968, esta ética de
doble fondo ha penetrado hondamente en nuestro mundo kantiano,
hasta el punto de subvertir cualquier discurso político acerca
de la justicia y la honestidad.
Una ley es justa si se enuncia en términos
generales y se aplica a casos específicos: no matarás, por
ejemplo. En la ética kantiana (o cristiana), esta prohibición
debe valer para todos para ser honesta. Pero en la ética
tradicional judaica, “no matarás” significa solamente “no debes
matar a judíos [2]”. Matar a otros a seres (inferiores) ni
siquiera es considerado crimen. Cumpliendo plenamente con esta
interpretación, el mes pasado, los Estados Unidos deportaron a
una señora alemana de ochenta años que había sido guardia en un
campo de concentración [3], pero nunca pidieron la extradición
de los asesinos israelíes de marinos americanos [4]. Los
israelíes condenan a cadena perpetua a los árabes que matan a
judíos. Pero un judío que mató a cincuenta árabes fue condenado
a pagar un centavo. [5]
Si apruebas la regla general “No poseas armas
nucleares”, entonces, en un mundo kantiano, esta prohibición
debe referirse a todos los Estados o al menos a todos los
Estados que no poseían tales armas en la época en que el Tratado
de No Proliferación fue ratificado. Pero desde una perspectiva
judaica, un funcionario USamericano tenía razón al proclamar
que “no conviviremos con una Corea del norte o un Irán
nuclearizados” a pesar de que convive muy felizmente con un
Israel nuclearizado.
Los judíos aprendieron mucho de un error tonto
que cometió su enemigo Hamán, personaje que figura en el bíblico
Libro de Ester. Se le preguntó al primer ministro Hamán: ¿qué
se debería hacer con un hombre a quien el rey quiere premiar?
El pobre ingenuo contestó: convendría depararle los máximos
honores”. Obviamente, Hamán pensó que el rey Ahsuerus se estaba
refiriendo a él cuando el rey le hizo la pregunta. Pero pronto
se evidenció que Hamán se había equivocado: el rey tenía en
mente a su enemigo Mordecai; y Hamán se encontró obligado a
rendir pleitesía a los judíos.
La historia la vienen repitiendo y comentando
los judíos desde hace milenios, y estas fructíferas discusiones
les han enseñado lo siguiente: antes de responder a cualquier
pregunta general debes descubrir dónde te encuentras en la
ecuación. En otras palabras, no seas kantiano, sé judío. Si
Hamán hubiese sido judío (lo que no era) habría contestado a la
pregunta real con otra pregunta: “¿Es judía la persona en
cuestión? Y sólo después de saberlo se habría sentido cómodo
para proseguir. De la misma forma, en tanto modestos sicólogos
caseros, debemos añadir otra enfermedad a la larga lista de las
patologías mentales: el síndrome de Hamán, una enfermedad mental
adquirida en el aprendizaje del error de Hamán, que lleva a la
incapacidad de aplicar el imperativo categórico kantiano.
Por padecer el síndrome de Hamán, los judíos
apelan a un comodín: “¿Cómo puedes comparar?”para librarse del
ángulo kantiano universal. Si un judío se queja de que los
palestinos matan a civiles judíos, trata de contestar con algo
así como “pero ustedes matan a sus hijos y mujeres”. Te llevarás
una indignada exclamación: “¿Cómo puedes comparar?”, tal vez
acompañado por una sarta de diferencias: ellos matan con
explosivos pegados a la cintura, nosotros con mísiles y control
remoto, etc. y lo más importante, aunque pocas veces dicho en
alta voz : nosotros matamos a goyim, mientras ellos matan
a judíos!
Pero… ¿a quién le importa lo que piensan los
judíos? Lo importante es que los USamericanos y sus aliados han
adoptado su punto de vista. Cuando los judíos eligieron como
primer ministro a Menachem Begin, un antiguo terrorista, el que
mandó a volar el Hotel King David [6], matando a noventa
personas, hombres, mujeres y niños, Occidente aceptó a Begin por
ser el resultado de una elección democrática israelí. Pero
cuando los palestinos eligieron democráticamente un gobierno
representativo de la mayoría y dirigido por Hamás (con sus
propios nexos terroristas), los judíos sometieron a Palestina a
un bloqueo, apresaron al primer ministro de Hamás, y
secuestraron las tasas aduaneras palestinos, todo ello con pleno
respaldo occidental. Cuando los judíos hambrean y matan a los
palestinos en Gaza, no pasa de ser “business as usual” [“los
negocios como si tal cosa”] pero cuando el presidente iraní
llamó a desmantelar el régimen de la supremacía judía, lo
llevaron ante un tribunal judío por ser potencialmente genocida
[7].
He aquí otro ejemplo de la diferencia entre lo
general y lo particular. Si quieres conseguir que suelten a tus
prisioneros de guerra, vas y capturas a algún soldado o civil
enemigo, para procurar estar en una posición más favorable para
negociar su libertad. ¿No es así? Pues si eres el Estado judío y
capturas a un ciudadano libanés, llamémosle Mustapha Dirani,
para tratar de salvar a tu propio prisionero de guerra Ron Arad,
lo que estás haciendo es “cuidar a tu soldado”. Pero si eres
libanés y agarras a un soldado judío para asegurar que suelten a
tus prisioneros de guerra, entonces es una desmedida provocación
[8] y un mero acto de agresión (según los escritos del escritor
judío ilustrado e izquierdista Amos Oz).
Uno tiene que ser un hamaniano devoto para
entender porqué el arrasamiento de Hiroshima fue un acto
legítimo de beligerancia, mientras Pearl Harbor fue una
atrocidad; por qué el GULAG de Stalin era una atrocidad,
mientras Guantánamo es legítimo, porqué bombardear a Haifa es un
crimen de guerra, pero hacerlo con Gaza no lo es, por qué la
deportación de civiles judíos por los alemanes era un genocidio,
mientras que la deportación de civiles alemanes por los polacos
no lo era.
¿Es un bloqueo naval un acto de guerra? Pregunta
interesante. Si se trata del bloqueo egipcio para impedir a la
marina israelí el acceso a Eilat, es un acto de guerra, y
debería ser contestado con una guerra sin límites, como sucedió
en 1967. Pero si se trata de un bloqueo libanés a Líbano o a
Gaza, sólo se trata de una medida de autodefensa permitida.
Si niegas una matanza, es insoportable para los
parientes de los masacrados. ¿Debe hacerse algo semejante?
Después que la fuerza aérea israelí bombardeó y asesinó a
docenas de niños libaneses en Qana [9] en el Líbano, los medios
judíos publicaron centenares de artículos negando los hechos.
Dijeron que las fotos eran montajes o adulteraciones, que las
fotos de un niño muerto o de un camión cargado de cadáveres se
habían sacado de otros lugares. Pero cuando el historiador
británico David Irving aplicó la misma crítica a las fotos de
Auschwitz [10], se le llamó “negacionista”, y lo condenaron a
tres años de cárcel. Udo Walendy [11] está en cárcel por dudar
de la autenticidad de fotos judías, pero los judíos que ponen en
duda las fotos libanesas o niegan francamente las masacres de
Deir Yassin y Qana respiran todos los aires de la libertad.
Ahora, los judíos no son el único pueblo que
necesita la excepcionalidad. En realidad, su ética particular se
ha convertido en la ética de la clase dirigente nueva,
post-sesentayochesca, indudablemente dada a prescindir de Dios.
Su historia y tradiciones se han vuelto la bandera de la gente
que padece el síndrome de Hamán. Los judíos son los niños
mimados de las minorías preferidas que desatan guerras
despiadadas contra las mayorías por el mundo entero. Con tal de
confundir al resto, unirían en un mismo grito a la exclusiva
minoría de los especuladores de la bolsa con la minoría
desfavorecida de los inmigrantes negros, contra la amplia
mayoría de la gente común. Su obsesión con las minorías, trátese
de las madres solteras lesbianas o de los inmigrantes ilegales
con sida, se explica por una razón: de esta manera ellos se
apoderan del terreno moral elevado que conviene para que su
propia minoría sea la que mande. Ésta es también la razón por la
cual tantos miembros de la mayoría rechazan a las minorías
desfavorecidas, trátese de negros o de gays: es que perciben
correctamente, -aunque de manera subconsciente tal vez, que a la
gente que promueve las causas de unas minorías no les importa en
lo más mínimo la mayoría, la mayoría de la gente común.
En los países donde la rige la ética judaica
estricta, USamérica e Israel, se rebaja más aún a la mayoría. La
mayoría autóctona de Palestina bajo control judío se encuentra
desposeída y sus puestos de trabajo les han sido robados a los
nativos y reservados a trabajadores temporales importados. La
mayoría de los trabajadores nominalmente judíos se encuentran
obligados a aceptar trabajos a tiempo parcial o de “autoempleo”
para salvar algunos beneficios sociales. En USamérica, “los
ejecutivos libran una batalla exitosa contra los salarios”
escribe Paul Krugman [12] en el Internacional Herald Tribune.
“Los beneficios de las multinacionales, después de pagar
impuestos, han duplicado, porque la productividad de los
trabajadores aumenta, pero sus sueldos no. Los hijos de los
trabajadores de Wal-Mart acudían a los servicios médicos para
indigentes, o carecían de seguro social, y sin embargo se
pretende pagar menos aún a estos trabajadores, al negarles el
empleo permanente”.
Donald Luskin, admirador de Israel y Ayn Rand,
han atacado a Krugman por su “antisemitismo” (porque no denunció
a Mahathir) y escribió: “Se puede medir a un hombre por lo que
le preocupa. El presidente Bush es un gran tipo que se preocupa
de cosas grandes como proteger a América del terrorismo global.
El columnista del New York Times Paul Krugman – el más
empedernido opositor a Bush en los medios y el oligarca
progresista más loco – es un hombrecito que se preocupa por
cosas pequeñas, como el caso de los trabajadores demasiado mal
pagados por Wal-Mart”. Nosotros también somos gente menuda que
nos preocupamos por cosas menores porque sabemos que las cosas
grandes como la guerra al terrorismo la hacen precisamente para
pagarnos menos.
Los que padecen el síndrome de Hamán saben que
la gente oprimida no les va a seguir la corriente. Por eso
combinan la presión económica hacia abajo con el terrorismo
contra las mayorías. En Israel siempre fue legal torturar y
encarcelar sin juicio. Ahora USA tiene su Ley Patriota y la Ley
de Comisiones Militares, con lo cual se sitúan al nivel de
Israel. El profesor palestino de la universidad de Columbia
Rashid Khalidi dijo acertadamente [13] que el informe de
Mearsheimer y Walt sobrestima la influencia del lobby judío en
política exterior, pero también subestima su alcance en la
política interior, por ejemplo en lo de la Ley Patriota. Esto es
exactamente algo que venimos diciendo a cada rato: el objetivo
primero del lobby judío no es Palestina, sino nuestra libertad.
Me preguntan si es necesario referirse a los
judíos en general, ya que no sólo los judíos, ni tampoco todos
los judíos, respaldan el gobierno de la Minoría. Es cierto, el
origen no es lo importante, pues cada cual elige personalmente
entre adherirse a la mayoría vejada o aspirar a ser un miembro
de alguna minoría selecta. Los verdaderos héroes de la humanidad
fueron los miembros de la minoría que se pasaron al lado de la
mayoría. Jesús el Nazareno nació príncipe, en cuanto miembro de
la casa de David, y su abuelo materno era un hombre importante
en el templo; y Siddhartha Gautama se crió en un palacio, pues
debía heredar el reino de su padre. Y sin embargo estos
príncipes, Cristo y Buda, abrieron el camino a la mayoría. Mucha
gente de origen judío también hizo este recorrido. Pero las
organizaciones judías casi siempre están del lado de las
minorías, tratando de hacer una excepción para los judíos aún
cuando pertenecen a la casta adinerada y selecta.
Uno de sus instrumentos favoritos es la
persecución de los que desean medir a los judíos con la misma
vara que al resto de la humanidad. Y yo, desgraciadamente, formo
parte de éstos. He llamado a la plena igualdad entre judíos y no
judíos en Israel/Palestina, y a mis conciudadanos israelíes no
les ha quitado el sueño, pero los judíos de Francia me llevan a
juicio en Francia por “difamar a los judíos” Esto suena extraño.
¿Por qué les preocupa a los franceses lo que un ciudadano
israelí les diga a otros ciudadanos israelíes acerca de su ética
judía? ¿Acaso Palestina forma parte de Francia? ¿Es que Francia
considera que su soberanía abarca la tierra entera? ¿O es que
los franceses deberían sentirse orgullosos porque sus
mandamientos judiciales llegan hasta mi ciudad de Jaffa? No
tanto, pues éste es el único caso en que un tribunal francés
pretenda interferir. Con otros casos, habrían desistido ya,
sensatamente, como desistieron cuando los judíos franceses
Flatto, Gaydamak etc. [14] corrieron a refugiarse en Israel,
para ampararse de la ley francesa, con dinero francés robado. En
mi caso, la República francesa cumple, sencillamente, su pequeña
contribución al respaldar el excepcionalismo judío.
Esta protección es excepcional: ¿podrían acaso
los turcos de Paris ir a un tribunal francés a formarle juicio a
Orhan Pamuk, el gran escritor turco, por difamar a los turcos
(hay turcos que lo pensaron), y acaso algún tribunal francés
encontraría culpable a Pamuk? Es un cuento bastante inverosímil;
ni los turcos lo van a hacer, ni los franceses lo apoyarían. No
hay más que una nación por encima de la ley que puede pasar todo
esto por alto.
¿Será porque los franceses no quieren ofender a
una religión? Cuando la religión ofendida es el cristianismo o
el Islam, se espera de sus fieles que no abran la boca. Un libro
de Oriana Falacci ofensivo contra el Islam fue hallado kosher
por un tribunal francés (algunos musulmanes, olvidadizos de
Hamán, fueron lo bastante temerarios como para formarle juicio).
Pero cuando los escritores judíos (como el francés Emmanuel
Levinas) atribuyeron los maltratos nazis contra los judíos al
cristianismo, ningún tribunal se metió en el asunto. Ahora, si
la religión ofendida es el judaísmo, los ofensores van a la
cárcel, es así de simple.
Hay una buena razón para que las leyes sean
territoriales. Todos cometemos ofensas a alguna ley de algún
país. Cuando fumas hierba en Holanda, sabes que esto sería
ilegal bajo la ley francesa, digamos; pero sabes que estás a
salvo en Holanda. Cuando tomas vino en París, sabes que violas
las leyes de Arabia Saudí, pero no estás allá y no tienes por
qué preocuparte. En la Unión Soviética, era ilegal leer a
Soljenitzin, pero los editores franceses podían imprimir su
Archipiélago. Pero hay una afrenta que es perfectamente
extra-territorial, y en cualquier lugar donde se cometa, a uno
le pueden castigar, es la afrenta contra los judíos.
Con vistas a que su posición excepcional quede
clara, la organización que entabla demandas contra todo el mundo
por ofender a los judíos, el llamado CRIF,
ahora defiende [13] el derecho del maestro francés Robert
Redeker a insultar el Islam. Redeker describió a Mahoma como “un
caudillo saqueador y desalmado, matador de judíos y polígamo”.
Esta definición vale perfectamente para el rey David; tenía
dieciocho esposas, era un caudillo desalmado y acuchilló a
montones de judíos. La poligamia es una afrenta que Mahoma
compartió con Abraham, con Isaac y con Jacob, pues todos los
reyes que fundaron dinastías fueron despiadados jefes de guerra
para empezar, que masacraron a cantidad de gente, aunque no
necesariamente judíos. ¿A quién le importa si eran judíos
o no judíos los masacrados? Si formulas esta pregunta,
es que no padeces del síndrome de Hamán.
¿Porqué deberíamos preocuparnos o siquiera
prestarle la menor atención a esta adoración universal de los
judíos? No solamente por la salvación de Palestina es que
debemos prestar atención y ponerle fin a esta obsesión. Nuestro
futuro y el futuro de nuestros hijos es lo que está en juego.
Francia también es una víctima del gobierno de la minoría, o
mejor dicho de la guerra de la minoría contra la mayoría. Cuando
Nicolas Sarkozy, el candidato conservador que está en primera
línea como candidato para las elecciones presidenciales del año
que viene, se declaró “amigo de América y amigo de los judíos”
[16] durante su viaje a Washington la semana pasada, él no
pretendía que le encanta comer gefilte fish y/o
hamburguesas (los franceses no son tan tontos); estaba dando a
entender, de forma solapada, que él defendería a la minoría
contra la mayoría.
En vez de oscilar entre la izquierda de Blair y
la derecha de Sarkozy, unidas en su amor a las minorías ricas,
debemos buscar los caminos perdidos que llevan al gobierno por
la mayoría. La izquierda puede reanudar la tarea inconclusa de
la revolución del 68 [17] a partir del punto en que falló,
traicionada y desviada por el avance de la ética judaica entre
los allegados a Cohn-Bendit, Todd Gitlin y Joschka Fischer [18].
La derecha puede redescubrir la espiritualidad masculina de
Chesterton, Eliot, Evola y René Guénon [19]. Juntos pueden sacar
al pueblo de la amenaza de la esclavitud en el umbral de la
libertad, destruir la autoridad impuesta de los medios oficiales
y las universidades, y socavar el plan “diseñado muy lejos del
griterío de los electores o los lamentos de las víctimas de la
sociedad, por mentes serenas y lúcidas” (Le Corbusier [ 20 ], y
con esto restaurar la justicia y la honestidad del imperativo
kantiano, en lugar del perverso excepcionalismo del síndrome de
Hamán.
Notas :
Aclaración: las referencias en inglés figuran
como hipervínculos en el texto original en inglés. La traductora
y el revisor Fausto Giudice han añadido la información
adicional.
[1] Sobre la revolución de 1968, véase el
ensayo de Shamir “Danny azul-y-blanco”, traducido por Germán
Leyens y publicado por www.Rebelión.org en:
http://www.rebelion.org/opinion/031229shamir.htm ; véase
también el debate que originó este artículo (en inglés), donde
se evoca específicamente la pertinencia de la novela de Michel
Houellebecq en :
http://groups.yahoo.com/group/shamireaders/message/172
[2] Conclusión oficial de un debate entre
rabinos en:
http://www.israelshamir.net/Hebrew/Heb10.htm
[3]
http://www.sfgate.com/cgi-bin/article.cgi?f=/c/a/2006/09/21/NAZI.TMP
[4] En ocasión del ataque israelí contra el
buque militar USamericano Liberty en 1967; ver
http://www.rense.com/general47/betey.htm
[5]
http://www.answers.com/topic/kafr-qasim-massacre . Se trata
de la matanza de Kafr Qasim, aldea árabe israelí situada, en
1946, fecha del suceso, en la frontera con Jordania.
[6]http://commentisfree.guardian.co.uk/george_galloway/2006/07/sixty_years_since_the_king_dav.html
[7]
http://ejpress.org/article/news/western_europe/6036
[8]
http://www.ariga.com/2004-01-27.shtml y
http://www.challenge-mag.com/99/edit.htm
[9]
http://www.aljazeera.com/me.asp?service_ID=11911 ; ver
también:
]http://blog.washingtonpost.com/worldopinionroundup/2006/08/the_qana_conspiracy_theory.html
[10]
http://www.fpp.co.uk/Auschwitz/docs/fake/SWCsmokeFake.html
[11]
http://www.heretical.com/walendy/fakes.html
[12]
http://www.commondreams.org/views06/1007-28.htm ; Donald
Luskin es un financiero USamericano que explica en el blog
http://www.poorandstupid.coma sus conciudadanos cómo el
sistema conspira para mantenerles “pobres y estúpidos”. Es
partidario del “capitalismo espiritual” inspirado de Ayn Rand.
Ésta a su vez, rusa emigrada a USA(1905-1982), se llamaba en
realidad Alissa Zinovievna Rosembaum, conocida por su filosofía
“objetivista”. Entre sus novelas se encuentra The virtud of
Selfishness, 1964 (La virtud del egoísmo)
http://fr.wikipedia.org/wiki/Ayn_Rand] Mhathir Mohammad fue
primer ministro de Malasia. Ver “Sultán y Shaitán”, traducido
por Germán Leyens para
www.rebelion.org (incluido en el volumen de Shamir La
lluvia verde de Yasúf); ver sección de artículos en español
de
www.israelshamir.net
[13] Véase el debate sobre el ya famoso informe
de Walt y Mearsheimer en
http://groups.yahoo.com/group/shamireaders/message/807
[14 ; Shmuel Flatto-Sharon fue perseguido por la
justicia francesa por unos 60 millones de dólares estafados; se
fugó a Israel, reclamó la ciudadanía israelí y postuló para el
parlamento israelí, comprando conciencias; fue elegido diputado
en 1977 por su defensa del principio según el cual los israelíes
perseguidos en el extranjero deben gozar de inmunidad; este
principio ya lo defendía Menachem Begin, el cual quería que
Israel fuese un refugio para todos los judíos inculpados en el
mundo entero; para esto, invocaba la Biblia (Deuteronomo 23,
15). Flatto hizo votar una ley que prohíbe la extradición de los
ciudadanos israelíes. También escribió una
autobiografía-panfleto donde invoca su estatuto de sobreviviente
del Holocausto y su amistad con un ministro de finanzas francés;
ver:
http://flattosharon.co.il/biographie-FR.htm (en francés) ;
financiero principal del sitio web sionista francés
proche-orient.info; prepara en la actualidad un proyecto de
canal francófono por satélite; véase:
http://www.antiwar.com/justin/j072202.html.
Sobre Gaydamak: ruso de nacimiento, con
ciudadanía francesa, israelí, canadiense y angolana, fue
demandado por la justicia francesa por unos 450 millones de
libras inglesas ganadas en un tráfico ilegal de armas con
Angola, a principios de los noventa. El hijo del presidente
Miterrand, Christophe Mitterrand, fue detenido en el marco de
esta investigación. Estaban involucrados en el escándalo también
Pierre Falcone, traficante de armas franco-brasileño, el
consejero presidencial Jacques Attali, etc. En Israel, se unió a
otro ruso-israelí, Lev Leviev; entre ambos, tienen la
exclusividad gubernamental para el negocio de los diamantes
angolanos; tras sus problemas con la justicia francesa, Gaydamak
renunció a la presidencia del banco ruso Rossiyski Kredit Bank.
Es dueño del club de fútbol Betar, y controla el club de
baloncesto Hapoel, ambos basados en Jerusalén. Para más
detalles, ver:
http://www.globalpolicy.org/security/sanction/angola/2001/0326corr.htm
y también
http://en.wikipedia.org/wiki/Arcadi_Gaydamak).
[15]
http://www.ejpress.org/article/11011
[16]
http://groups.yahoo.com/group/togethernet/message/23861 (en
francés; en este artículo figuran los nombres de los miembros
del lobby con los cuales Sarkozy tuvo una reunión, sin el menor
mandato oficial del gobierno francés, y donde declaró su entera
solidaridad con USrael. Los diarios franceses no han transmitido
la información, comunicada por el New York Times).
[17] Véase nuevamente:
http://groups.yahoo.com/group/shamireaders/message/172 y
acerca de Todd Gitlin:
http://www.counterpunch.org/chretien06212003.html ; profesor
de periodismo y sociología en la universidad de Columbia. Su
último libro es The intellectuals and the flan (los
intelectuales y la bandera); acerca de Joschka Fischer:
http://www.slate.com/id/2128286/
[18] Gilbert Chesterton (1874-1936),Thomas Eliot
(1888-1965) son escritores ingleses de renombre; René Guénon
(1886-1951) orientalista francés convertido al Islam, fue muy
leído y admirado por la filósofa española andalusí y republicana
María Zambrano; Julius Evola (1898-1974), italiano, es una
importante referencia para la extrema derecha; aquí observamos
que Shamir sólo lo menciona por sus aportes a la defensa de la
dimensión masculina en el pensamiento. Si bien hombres y mujeres
comparten el incómodo destino de no ser ni mayoría ni minoría,
la defensa de la masculinidad forma parte de la sensibilidad
mayoritaria y popular transgenérica, a pesar de los grupos
minoritarios e influyentes que pretenden reducirla a un simple
machismo trasnochado y fascistoide.
[19] Cita tomada de:
http://www.city-journal.org/html/12_4_the_barbarians.html
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