Sobre “El Socialismo en un solo país y la
Revolución Cubana - Aportación desde Cuba” de Celia Hart
Traducido para Rebelión por Germán
Leyens |
Estimada
Celia: Aplaudo su hermoso ensayo y comparto su fe en la
vitalidad de la Revolución Cubana. Sin embargo, su fervor
anti-stalinista parece estar fuera de lugar, un residuo de
la destalinización de Jrushov. "Stalinista" es jerga
trotskista para decir comunista, la palabra que utilizan
para tratar de congraciarse con los anticomunistas. Aun si
te gusta León Trotsky no tienes que estar contra José
Stalin. Años y décadas han pasado, y deberías poder aceptar
a los adversarios de antaño, como Marx y Proudhon, o Stalin
y Trotsky. Gran parte de lo que dices se basa en
malentendidos. Escribiste sobre internacionalismo, pero
todos tus ejemplos provienen de la escena inter-latina. Hay
ayuda mutua de cubanos, dominicanos, argentinos, incluso
angoleños o españoles - pero todos pertenecen a una misma
civilización ibérica. Es una especie de internacionalismo,
pero dudo que las naciones mencionadas sean realmente tan
diferentes las unas de las otras en sus tradiciones. Todas
son católicas, ibéricas (castellana, gallega, o española o
portuguesa) por lenguaje y unidas por la sangre y la
historia.
José Stalin gobernó un país que es por sí mismo una
civilización, un vasto continente con muchas naciones y
lenguajes, cuyas interrelaciones con Europa Occidental,
fueron, en el mejor de los casos, problemáticas. También fue
un internacionalista, y los rusos bajo Stalin apoyaron a la
República Española y al Ejército Rojo de Mao. Pero fue un
internacionalista ruso, y su primer deber fue hacia el
pueblo de la URSS. León Trotsky no comprendió la continuidad
de la historia rusa. Estuvo implicado en una terrible
persecución de la Iglesia, en robos y la destrucción de
iglesias. Estuvo implicado en ejecuciones masivas de
campesinos y trabajadores, de oficiales e intelectuales.
Perdió la guerra con Polonia y no pudo hacer la paz con
Alemania. Alienó a los intelectuales y a los trabajadores
rusos. En su impulso hacia la revolución permanente no
prestó suficiente atención a Rusia; fue su perdición.
José Stalin convirtió a la Unión Soviética en un poderoso
estado moderno, aseguró el pleno empleo, los derechos de los
trabajadores, la educación y la atención sanitaria gratuitas.
Creó la base industrial y una ciencia adelantada. Libró y
ganó la más dura de las guerras jamás vividas por Rusia.
Bajo su régimen, Rusia socialista sobrevivió interminables
ataques del imperialismo de EE.UU. No dejó levantar la
cabeza a las fuerzas pro-occidentales y pro-capitalistas del
país.
Ahora la gente en Rusia se acuerda de los días de Stalin -
no, no con nostalgia, sino con comprensión para lo que fue
el período heroico de la vida de sus padres.
Todas las fuerzas comunistas en Rusia y en Europa son
descritas como "stalinistas" si no aceptan la Pax Americana.
Los trotskistas en Rusia constituyen una fuerza pro-
occidental y pro-estadounidense, y son incluso más anti-rusos
de lo que era León Trotsky. Lo mismo vale para muchos (aunque
no todos) grupos trotskos en Europa.
Por supuesto, interésate por el legado de Trotsky, pero no
desdeñes el auténtico comunismo soviético, el que ayudó a
Cuba y al que ahora calificas de "stalinismo".